Hace unos días tuvimos el placer de compartir cuentos con los niños y niñas de Curcurumillo.
Esperaban ansiosos el momento tan anunciado de los cuentos y cuando llegué, casi no me dejan ni prepararme, estaban deseando que comenzáramos a contar historias.
Curcurumillo se llenó de princesas que necesitaban amigos, leones no tan feroces, hienas que aprenden el valor de la sinceridad o ciudades lejanas y tristes porque viven en la oscuridad.
Cuentos para soñar y construir un mundo mejor.
¡Cuento Clowntigo!